
Andabas por ahí como siempre, tratando de pescar, corrías a un ritmo inusitado, eras una maquina de diversión, cogias lo primero que podías, y seguías en una vorágine de nunca acabar, esa era una forma de vivir, era una forma de esconderte dentro de tu soledad.
Así se vive cuando la verdad no existe , y tomas la primera mano que te la extienden, y no sabes que hay detrás , pero eso no te importa, solo subirte a ese nuevo vagón de la vida ,del jolgorio, falso o inconsistente, pero te gusta probar, como siempre, y si es prohibido con mayor razón para ti.
Es cada vez mas común verte envuelta en líos sexuales, que en proyectos libres de engaños y en situaciones calculadas para probar y ver que sacas de ello; es tu triste soledad, la que te impulsa a convivir con lo negado, con el riesgo, con lo irresponsable, y sientes placer con ello y eso es lo peligroso de tu proceder.
En esa misma situación te encontré , bajo un manto de oscuras razones y siempre con algo por debajo de la manga, esa era tu vida , esa era tu risa, tu trampa pero envuelta en soledad profunda, con momentos de alegría ficticia, volátiles como el alcohol, aquel que te llevara de la mano a ser tu misma con tu triste soledad.
Mal compañero tuviste en el alcohol, acaso tu último recurso para olvidarte de tus errores, pero el tiempo me dio la razón, y sola estás como en tantas ocasiones, ocultando tu pena, distrayendo tus engaños, tapando tus llantos, encubriendo tu soledad, tu desesperada soledad.
PABLO JOSE CASTRO VILLAIZAN
30 JUNIO 2009