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EL PENE Y SU AUTONOMIA

EL PENE Y SU AUTONOMIA
FUENTE: DRMAURO.COM INSTITUTO COSTARRICENSE DE SEXOLOGIA
Hablar del pene es hablar de una estructura maravillosa, con características sin igual. Su triple función como aparato urinario, como órgano reproductor y como órgano sexual le dan un carácter polifacético.
Quizás el tema más discutido sea su tamaño, tanto que, en general, se acepta que en nuestra cultura prácticamente todos los hombres han vivido el temor a tener un pene de dimensiones inferiores a las del promedio de los otros varones. Sin embargo, los estudios indican que el tamaño del pene erecto varía poco entre un hombre y otro.
Las diferencias son de escasos milímetros, salvo en el caso de enfermedades hormonales, donde el pene erecto puede tener dimensiones similares a las de un dedo de la mano. Claro está, el tamaño del pene cuando no está en erección sí puede variar mucho. Por eso a la erección se le llama el gran igualador, porque el pene pequeño en estado de flacidez, crece mucho con la erección, y el pene grande en reposo, crece poco con la erección.
Tampoco es cierto que haya razas que ostenten falos de mayor tamaño, como afirma la voz popular. Dentro de las características físicas del pene, es importante recalcar que, en erección, siempre estará caliente, porque la erección se hace a expensas de la entrada de sangre.
Las venas del pene son imperceptibles con el pene en reposo, pero se vuelven imponentes con la erección y lo recorren con un tortuoso diseño. El glande emerge como la cabeza del pene; es rosado pálido en el estado de reposo, y asume un color púrpura intenso con la erección. Es la parte más sensible y excitable del varón. Su figura simula un sombrero, de ahí que en el ámbito popular la gente lo llame “gorro”. A nivel científico, la palabra glande significa “bellota”, imagen sugerida por su apariencia. La característica estelar del pene reside en su autonomía, en el sentido de que la erección no se da como un acto voluntario sino como un acto reflejo. Por decirlo así, el pene se manda solo, y se para cuando quiere y con quien quiere, aunque el varón desee lo contrario.
Muchos varones consultan porque no consiguen una erección con determinada pareja y sí con otra. Muchas veces esto radica en el simple hecho de que al pene poco le importan las conveniencias. Con frecuencia, en nuestra sociedad se ha restringido en demasía el papel del pene en el vínculo erótico, y se ha limitado su accionar a la simple penetración.
No obstante, son muchas las parejas que encuentran gratificantes las caricias con la mano, con los labios, con la lengua, y más aun las caricias que el pene puede propiciar a lo largo y ancho del cuerpo femenino. Confort señalaba que algunas parejas tratan al pene como si fuera una tercera persona dentro del vínculo, y se refieren a él con un nombre específico e individual, que puede variar desde aquellos nombres algo infantiles, como gurrumino, hasta nombres propios de personas, como Carlos.
Esta tendencia, que ha sido reportada en otras latitudes, probablemente se origine en la autonomía del pene, que, como mencionábamos anteriormente, se puede controlar pero no se puede mandar. No es un órgano que está al servicio y disposición del varón, sino que tiene sus propias reglas y exigencias.