DE LUCHA POR LOS DERECHOS SEXUALES Y CONTRA LA VIOLENCIA FAMILIAR Y SEXUAL
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miércoles
HIGIENE SEXUAL FEMENINA IMPORTANTISIMA PARA LA PRACTICA SEXUAL
HIGIENE SEXUAL DE LA MUJER
Fuente: drmauro.com Instituto costarricense de Sexología
1. Antecedentes
Por razones históricas y culturales la mujer occidental tiene enormes dificultades en el aseo de sus genitales, y debido a que los órganos se encuentran parcialmente cubiertos, el proceso de aprendizaje suele ser tórpido.
No se crea que esto solo le sucede a aquellas mujeres de los años cuarenta, a esas que hoy son bisabuelas, no, hay que entender que la mujer del siglo XXI no conoce a plenitud sus genitales y es común que realice de manera inadecuada su higiene.
La tradición familiar en nuestra sociedad ignora el aseo vaginal, y las mujeres crecen desconociendo ese abc, y son pocas las fuentes veraces que la instruyan sobre tan importante tarea, por eso es crucial para toda amante conocer a fondo y con detalle las técnicas del aseo.
2. Vello púbico
La limpieza genital debe iniciar con la aplicación de abundante cantidad de agua y jabón sobre el vello púbico, con el fin de remover cualquier resto de partículas como hilos de la ropa interior o de las prendas de cama así como las secreciones normales de ese cabello. Además, este lavado permite eliminar algunas bacterias y hasta parásitos como el piojillo.
3. Labios mayores y menores
Posteriormente, se deja el jabón a un lado y solo con agua se procede a lavar los labios mayores, separándolos se exponen los labios menores a los cuales también se les aplica agua en abundancia. Es de particular importancia remover un cebo o secreción blancuzca que suele acumularse en un pliegue que se forma entre los labios mayores y los labios menores. Esta secreción cuando se acumula puede provocar infecciones, mal olor y da una imagen desagradable de los genitales. Desdichadamente en nuestra práctica clínica observamos que la mayoría de las mujeres descuidan la limpieza de esta zona.
La piel de los genitales femeninos es sumamente sensible de manera que no se debe utilizar jabón, debido al riesgo de que se desarrolle una irritación química, la cual puede provocar ardor, dolor, picazón y enrojecimiento genital.
4. La Vagina
La vagina, es decir el orificio vaginal y su conducto no se debe lavar porque el cuerpo cuenta con mecanismos de auto limpieza los cuales son suficientes para una adecuada higiene.
Es importante indicar que las duchas vaginales prácticamente no tienen cabida en el mundo sexual y mucho menos en el mundo ginecológico. Si una mujer desea utilizarlas, es válido, pero lo ideal es que la ducha no contenga ni jabón ni ningún otro químico, lo ideal es que contenga simplemente el agua, desdichadamente abundan en el mercado múltiples duchas que contienen estos irritantes químicos.
5. Región anal
La región anal, sobre todo la piel que esta alrededor del ano tolera perfectamente el uso del agua y jabón de manera que se puede utilizar de manera generosa.
Cuando las parejas practican el sexo anal, algunas autores como Xaviera recomiendan que al momento de bañarse introduzcan varias veces el dedo analmente y limpien cualquier residuo del área rectal, para evitar cualquier sorpresa.
Algunas mujeres, por asuntos muy propios, usan papel higiénico en vez de toallas sanitarias, tanto durante el periodo menstrual como en los días no menstruales, con el inconveniente que con frecuencia al retirarlo deja algunos pedazos pegados a la piel vaginal y dan un mal aspecto. Lo mismo puede suceder en el área anal, esos detalles hay que cuidarlos, porque pueden ser fuente de desanimo sexual.
No se deben aplicar desodorantes, perfumes ni lociones genitales, porque sus componentes suelen irritar la sensible piel de que recubre el aparato sexual femenino, además destruyen la flora bacteriana normal de la vagina que es la que protege a la mujer de muchos agentes infecciosos.
6. Senos
Vale la pena referirse a la higiene de los senos, que es una de la cual erróneamente no se cree que amerite un cuidado especial. La areola y el pezón de la mujer esta cubierta por una fina capa de grasa que la protege de irritaciones, alergias y descamaciones, y la vuelven mas resistente a la succión, por eso es recomendable que la mujer no se unte jabón en los pezones para que no remueva esta capa.
Hay que recordar que la succión de los pezones es una práctica predilecta en la cultura de occidente y muchas mujeres experimentan grietas, fisuras e irritaciones porque han removido en el baño diario esa capa protectora.
7. Menstruación Durante la menstruación, mucha parejas pueden sentirse incómodos por la presencia del sangrado, se puede utilizar una ducha vaginal -con solo agua-, para remover la sangre acumulada en la vagina, usualmente esto es más que suficiente para evitar lidiar con tan hemático flujo.
8. Recomendaciones Tal vez estos comentarios den la idea que para hacer el amor hay que alistarse como para una boda o una graduación, y la verdad es que los trajines de la vida no dan para tanto preámbulo. Sin embargo, hay que recordar que nunca es mal vista una ducha antes de ir a la cama, y es una forma simple de llegar presentable a la fiesta del amor.
9. La defecación y la micción femenina
El acto de orinar y defecar en la mujer merece un apartado especial. Como es bien sabido la mujer orina sentada, y amerita secar parte de la orina que moja los genitales y el vello. El movimiento para secar esta orina es metiendo la mano entre sus piernas y deslizando el papel desde el orifico vaginal hasta el vello púbico, es decir hacia adelante.
Cuando la mujer defeca debe limpiarse de pie, deslizando el papel desde el orificio anal hacia atrás y hacia arriba, alejándose del orifico vaginal.
Muchas mujeres después de defecar se limpian la región anal y la orina de manera simultanea, de manera que colocan el papel en el orificio anal y lo desplazan equivocadamente hacia adelante pasando por el orificio vaginal hasta llegar al vello púbico. Con este proceder, esparcen la materia fecal en la región vaginal y propician molestas infecciones.
El hábito correcto debe ser enseñado por los padres desde la más temprana edad para evitar que la mujer enfrente infecciones vaginales desde la infancia. Además como es un hábito, a muchas mujeres adultas les cuesta aprender la técnica correcta, y constantemente, de manera inconciente, se limpian de manera errada.
10. Semen
El semen es una secreción muy apetecida por los amantes, sin embargo hay personas que les resulta poco grato su presencia, y siente la necesidad imperiosa de removerlo ya sea de la piel, el pelo o de la cavidad vaginal.
En la piel y el pelo se puede utilizar agua y jabón, fácilmente el semen desaparece, en la cavidad vaginal se puede utilizar una ducha vaginal -de solo agua- para eliminarlo por arrastre.
El semen en la ropa, testigo momentáneo del derroche vivido, desaparece con el lavado usual, si deja alguna mancha indica que probablemente existe un proceso infeccioso.
RECOMENDACIONES GENERALES PARA ELLOS Y ELLAS
La sexualidad es sencillamente fantástica, y las hormonas representan el verdadero director de orquesta que zambulle al individuo en mil y una actividad sexual, sin embargo hay que recordar que por ninguna razón se debe mantener un práctica sexual sea oral, anal o vaginal con personas que presenten llagas, brotes, irritaciones en la región anal o genital.
El mal olor genital, o la presencia de secreciones amarillentas, verduscas o purulentas son motivo suficiente para abstenerse del acto sexual.
Los brotes, irritaciones en los labios o la cavidad oral, también deben ser vistos con cautela porque en ciertas ocasiones pueden provocar lesiones en los órganos sexuales.
El semen siempre tiene que oler a cloro, ese es su olor natural, además su color es blanco nacarado y su textura es parcialmente coagulada, características que hablan de su integridad.
La presencia de un semen amarillo, verduzco, con sangre o pus, o con mal olor deben alertar sobre la presencia de una infección severa que puede dañar de severamente a ambos miembros de la pareja.
En una mujer sana el flujo vaginal es blanco, transparente o amarillo claro, no se acompaña de mal olor ni genera ardor, picazón o irritación. La presencia de flujos fétidos, de color verde, amarillo o grisáceo es indicativa de procesos infecciosos que amenazan la salud de ambos amantes.
Todas estas acotaciones son de capital importancia porque a nivel popular existe la creencia errónea que es normal que los genitales huelan mal, se menciona con insistencia que el olor a pescado es característico de los genitales.
Hay otros signos que deben alertar a las parejas, así, cuando el acto sexual genera molestias como ardor, picazón, brotes, o irritación, es altamente sugestivo que uno o ambos miembros de la pareja cursa con una infección.
El amante inexperto, suele creer que estas irritaciones son producto de una alergia al preservativo, a la sangre menstrual o al semen, entidades aunque posibles son realmente poco frecuentes.
Las delicias del sexo, no deben ser razón para asumir riesgos, sobre todo, en estos tiempos donde las enfermedades de trasmisión sexual como el Sida son una verdadera amenaza.